A Proposito de la Meditacion


En los últimos años, la meditación se ha convertido en una práctica común en el mundo occidental, aunque en Oriente lleva siglos practicándose como parte integrante de su propia cultura. Sin embargo, hay que señalar que en los países occidentales, se utiliza más como un medio de relajación que como una técnica espiritual o una filosofía de vida. Así, para muchas personas meditar tan sólo significa relajarse física y mentalmente, y aunque esto es verdaderamente útil y puede ayudar per se a mejorar muchos aspectos de nuestra vida, constituye tan sólo uno de los aspectos de este arte místico. En este sentido, la meditación se utiliza como una vía de liberación del estrés cotidiano, más que como una herramienta de trabajo interior, que responde a una aspiración espiritual. Desde un punto de vista Rosacruz, la meditación no se limita a la práctica de la relajación o a vaciar nuestra mente dejando de lado cualquier preocupación relacionada con la vida cotidiana. Aun reconociendo la enorme utilidad de su utilización en este sentido, la meditación, en el aspecto místico del término, implica la comunión consciente con el Alma Universal, con el fin de recibir el influjo de sabiduría que le es propia. Por lo tanto, es fundamentalmente una práctica espiritual que trasciende el uso que de ella hacen muchas personas hoy en día. La meditación forma parte fundamental de las prácticas a las que los rosacruces se han entregado desde siempre. Aunque en el marco de este pequeño artículo no podemos extendernos en su técnica concreta, pues es algo que además incumbe exclusivamente a los rosacruces, me limitaré a decir que se basa en el uso combinado de la relajación, la visualización y la contemplación, utilizando además un tipo particular de respiración. Cuando se aplica con regularidad y en conciencia, permite no sólo relajarse física y mentalmente, sino también y sobre todo, elevarnos espiritualmente, algo que siempre se traduce en un profundo sentido de purificación, de regeneración y de inspiración. Sin embargo, la meditación no sólo se utiliza para elevar nuestra conciencia hacia un estado espiritual que nos permita escapar momentáneamente de las contingencias materiales. También se puede utilizar, y de hecho se hace, para obtener solución a los numerosos problemas que se nos presentan en la vida cotidiana. Efectivamente, esto se debe a que su práctica regular nos da acceso a niveles de conciencia que trascienden las limitaciones de nuestro análisis lógico y de nuestras facultades de razonamiento. Utilizando la técnica de meditación apropiada, es posible recibir la inspiración necesaria para resolver problemas de todo tipo. Vista desde este ángulo, la meditación posee un carácter eminentemente práctico y puede ser una valiosa aliada en nuestra vida cotidiana. Así pues, desde estas líneas os animo a todos a que profundicéis en su práctica y a que hagáis de ella el eje sobre el cual vuestra vida pueda adquirir una mayor profundidad espiritual, al tiempo que pueda ser una herramienta útil para que nuestra existencia se adapte lo más posible a nuestras expectativas



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