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A prueba: cuatro híbridos enchufables de precio razonable

Dos turismos compactos y dos SUV de tamaño similar con mecánica enchufable: Seat León, Mercedes Clase A, Kia XCeed y Renault Captur.

Híbridos enchufables

De izquierda a derecha, Seat León, Kia XCeed, Renault Captur y Mercedes Clase A. / Enrique Brooking

Reúnen lo mejor de los dos mundos, la electricidad de sus baterías para los desplazamientos diarios, y el motor térmico para poder viajar sin limitaciones de autonomía ni incertidumbres con las recargas propias de los modelos 100% eléctricos. Son los híbridos enchufables o PHEV, la tecnología de moda que sirve de introducción al uso del enchufe para resolver la movilidad personal. Y tras la avalancha de estrenos de finales de 2020, empiezan a estar disponibles en casi todas las marcas y a precios cada vez más competitivos.

En esta prueba se enfrentan dos modelos compactos de cinco puertas, el Seat León y el Mercedes Clase A, y dos SUV de tamaño similar, los Kia XCeed y Renault Captur. Todos son de reciente aparición y equipan mecánicas PHEV, con motor de gasolina y módulo eléctrico. Y se impone el Seat, que ofrece el conjunto más completo y equilibrado.

En pocas palabras

El Seat León e-Hybrid es el primer híbrido enchufable de la marca española y acaba de llegar. Equipa el mismo módulo del anterior Golf 7 e-Hybrid, con 204 CV, y anuncia hasta 64 kilómetros de autonomía eléctrica. Se impone porque ofrece un buen equilibrio y un precio mucho más asequible que el Mercedes. Además, es el más amplio por dentro, sobre todo atrás, ofrece el mejor comportamiento y un equipo de serie superior, en especial en seguridad. Y aunque ha hecho solo 38 kilómetros con las pilas, es el más versátil y tiene buenas prestaciones para viajar. Se vende en carrocerías cinco puertas y Sportstourer o familiar, desde 34.080 y 35.280 euros, pero los descuentos pueden llegar a 6.200 euros.

El Mercedes Clase A 250e empata con el Seat hasta que se valora la economía. Es el más potente, 218 CV, ofrece las mejores prestaciones y el mayor rango de uso eléctrico, hasta 73 kilómetros oficiales y 57 en la prueba. Pero es el más pequeño por dentro, viene poco equipado y cuesta 7.300 euros más que el León. Y se vende con carrocería cinco puertas y Sedan desde 39.350 y 40.150 euros, respectivamente.

El Kia XCeed domina entre los SUV, que equipan mecánicas menos potentes y están más limitados para viajar. Reúne una línea atractiva y liviana de silueta cupé, viene bien equipado y es el que ha gastado menos. Tiene el precio más asequible y siete años de garantía. Y anuncia hasta 48 kilómetros de uso eléctrico, que ha repetido en la prueba, pero no es significativo: arranca el motor de gasolina si lo estima oportuno. Además, rinde 141 CV y ofrece el mejor consumo tras agotar la pila, pero con prestaciones justas: el motor de gasolina tiene solo 105 CV. Se vende desde 36.225 euros que bajan a 24.300 con descuentos y financiación.

El Renault Captur E-TECH estrena el módulo enchufable de Renault, con 160 CV en total y 50 kilómetros de autonomía eléctrica que se han quedado en 48 en la prueba, pero arrancando también el motor térmico en algunos momentos. Presenta una imagen con presencia, y un interior atractivo y práctico, con las plazas traseras regulables en longitud. Y el mejor consumo urbano con la pila. Pero viene poco equipado y cuesta algo más que el Kia, desde 32.640 euros sin descuentos.

Análisis completo

CONDUCCIÓN

Cuatro híbridos enchufables, dos SUV más urbanos y familiares, y dos compactos más potentes y deportivos. Todos combinan un motor de gasolina y otro eléctrico con un módulo de baterías que les permite homologar más de 40 kilómetros de autonomía eléctrica y acceder a la etiqueta Cero de la DGT.  ⇒ Más información

  AUTONOMÍA ELÉCTRICA Y CONSUMO

La capacidad de la batería es clave en los híbridos enchufables, pero su gestión térmica y la recarga al frenar afectan a la autonomía. La potencia del motor térmico condiciona las prestaciones tras agotar la pila, pero los consumos han sido similares en los cuatro modelos de la prueba. ⇒ Más información

VIDA A BORDO

Las plazas delanteras son buenas y todos pueden alojar cinco pasajeros, pero no son cómodos para tres adultos atrás, y el asiento posterior está pensado solo para dos. Con esas limitaciones el mejor para alojar tres pasajeros detrás es el Seat. Le sigue el Kia, que es algo más ancho que el León, pero se roza en los lados si van tres atrás. El Renault destaca por su altura y modularidad –permite deslizar el asiento trasero–, pero es el más estrecho. Y el Mercedes agobia un poco y parece más pequeño. ⇒ Más información

AL DETALLE

Seat León. Espacio y dinamismo.
Mercedes Clase A.Más elegante que práctico.
Kia XCeed. Amplio, asequible y eficiente.
Renault Captur. Altura, confort y modularidad. ⇒ Más información

• PRECIOS Y EQUIPAMIENTO

Los precios están igualados, y solo el Mercedes se desmarca por arriba con 39.350 euros, 7.200 más que el Seat, que sale por 32.000 euros en el acabado FR GO L. El Captur E-TECH se queda en 31.185 euros y el Kia XCeed es el más asequible con 30.901 euros, todos con descuentos incluidos, pero sin las primas por financiar con la marca. ⇒ Más información

 IMAGEN Y DISEÑO

El diseño es un valor común a todos, que muestran una imagen moderna y atractiva. Pero con ventaja del Mercedes, que es el más sofisticado y elegante por fuera; incluye el frontal con más clase y la silueta más baja, afilada y deportiva. Le siguen el Kia y el Renault, el primero con un techo en arco, los ángulos más redondeados y un portón trasero muy tumbado hacia delante que definen una línea de SUV cupé, la tendencia de moda. ⇒ Más información

LA CONCLUSIÓN

Victoria clara del Seat León, que domina entre los compactos y ofrece el equilibrio más completo. Es el más amplio, ofrece buenas prestaciones, el mejor comportamiento dinámico para viajar y el equipo de serie más completo en seguridad. Y aunque tiene menos rango de uso con la batería, se vende a un precio competitivo. El Mercedes A250e le iguala hasta que se valora la economía. Es el más rápido y potente, y ofrece la mejor autonomía eléctrica, pero es más pequeño por dentro, incluye un equipo de serie muy justo y cuesta 7.300 euros más. El Kia XCeed vence entre los SUV con una línea atractiva, el mejor equipo de serie y la garantía más completa. Y aparte de gastar menos, es el más asequible. El Renault Captur aporta una imagen contundente, es muy práctico y modulable por dentro, y muy eficiente en ciudad, pero viene menos equipado.

Alzhéimer y otras demencias: qué hacer para prevenirlas si ya has cumplido los 40

 

Alzhéimer y otras demencias: qué hacer para prevenirlas si ya has cumplido los 40

Un informe recopila las medidas que limitan el riesgo de sufrir la enfermedad aunque se tomen cerca del ecuador de la vida

SCIENCE PHOTO LIBRARY / Getty Images/Science Photo Libra
Carla Nieto Martínez

Por si a estas alturas alguien lo dudaba, que quede claro desde el principio: “Nunca es demasiado pronto (ni demasiado tarde) para prevenir la demencia”. Lo dice la última recopilación de la Comisión Lancet 2017 sobre los factores de riesgo que podemos modificar para disminuir las probabilidades de desarrollar alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Nadie debería dejar de lado el documento, teniendo en cuenta que, “según este informe, hasta un 40% de los casos de alzhéimer y otras demencias se podrían prevenir o retrasar”, dice Silvia Gil, vocal de la Sociedad Española de Neurología.

Es una buena noticia que se asimila con júbilo, pero saber qué hay que hacer exactamente para rebajar las probabilidades de evitar —o retrasar— la enfermedad es más complicado. Los autores de este informe han hecho una clasificación de estos factores de riesgo y de las pautas de actuación más efectivas según el segmento vital de cada uno, y han seleccionado aquellos que la ciencia señala que pueden ser efectivos durante la vida temprana, que establecen hasta los 45 años. Estos son los deberes que le han puesto a quienes hayan cumplido los 40.

Paseos y polifenoles, una estrategia a largo plazo

“Muchas investigaciones han demostrado que las personas con sobrepeso u obesas podrían ser más propensas a desarrollar problemas cognitivos, debido principalmente a la asociación entre una elevada cantidad de grasa corporal y las enfermedades metabólicas (como la diabetes), la obstrucción de los vasos sanguíneos o los procesos inflamatorios. Pero hay más: los últimos estudios indican que este mayor riesgo ocurre cuando el sobrepeso se da en la mediana edad y no tanto en otra más avanzada”, explica Inés Moreno-González, del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA y una de las autoras de un reciente trabajo de investigación sobre los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer.

En cuanto a la dieta, hay unanimidad en torno a que la mediterránea es la mejor opción, una pauta de alimentación dentro de la que Moreno-González destaca un tipo concreto de nutriente: los polifenoles. “Son compuestos naturales que ayudan a mantener una buena salud mental, ya que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Están presentes en frutas y verduras en distintas formas, como el resveratrol de uvas y bayas, el ácido rosmarínico en las hierbas aromáticas y los taninos del vino tinto, el té y el chocolate”.

En busca del secreto del sofrito, el elixir de la cocina española

Los científicos han analizado lo que se cocina en la sartén y han llegado a la conclusión de que puede ser una pieza fundamental para explicar los beneficios de la dieta mediterránea

Algunos suplementos (sobre todo de vitaminas C y D) se han postulado como opciones beneficiosas a nivel neuronal, pero “según el metaanálisis más reciente sobre el tema, que estudió los efectos de la suplementación a largo plazo (de 5 a 10 años), la evidencia del beneficio cognitivo es baja para la vitamina C y menor aún para la vitamina D”, comenta Aleix Sala, investigador del Programa de Prevención del Alzhéimer de la Fundación Pasqual Maragall. Para él, ante la falta de estudios concluyentes la mejor opción preventiva es una dieta variada que incluya, además de polifenoles, otros compuestos de interés para la función cerebral como los ácidos grasos omega-3.

El ejercicio físico también reúne consenso sobre sus bondades cerebrales a todos los niveles. “Se ha demostrado que la actividad física durante la adolescencia y la adultez está ligada a una mejor capacidad cognitiva después de los 65 años. La razón es que, por un lado, aumenta el metabolismo cerebral, ayudando a preservar el hipocampo (zona cerebral responsable de la memoria) y, por otro, reduce los factores de riesgo cardiovascular y mejora el ánimo, así como la salud mental”, señala Eider Arenaza-Urquijo, quien también forma parte del Programa de Prevención de la Fundación Pasqual Maragall. A la hora de concretar qué actividad estaría más recomendada en adultos jóvenes para conseguir estos beneficios, la doctora Arenaza-Urquijo señala los aeróbicos como correr, caminar, nadar y montar en bicicleta, ejercicios de baja o media intensidad y de la larga duración.

Estrés, ‘hobbies’ y falta de sueño: así los perciben tus neuronas

No es fácil, no, pero cuanto antes aprendamos a manejar el estrés y la ansiedad, menos huella dejarán en nuestra salud cerebral. “El estrés crónico puede favorecer el desarrollo de depresión clínica, ya que disminuye los niveles de serotonina, dopamina y endorfinas, moléculas que intervienen en la respuesta emocional y el comportamiento social”. Mantener durante periodos prolongados unos niveles altos de cortisol (una sustancia que produce el cerebro en situaciones de estrés) puede afectar a la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse y al volumen de áreas del cerebro implicadas en la memoria, “lo que finalmente favorece el deterioro cognitivo”, explica Moreno-González.

Para frenar este círculo vicioso, la experta recomienda actividades que incrementen los niveles de serotonina y dopamina, y que reduzcan los de cortisol, como el ejercicio físico moderado (otra vez el ejercicio, toma nota), las técnicas de relajación y, “en general, cualquier actividad placentera, como la práctica de ‘hobbies”. Adquirir nuevos conocimientos y habilidades también tiene un efecto positivo (nunca es tarde para aprender a montar en bici). “La lectura y otras actividades mentales, sobre todo aquellas que suponen un reto o estrategia, pueden llegar incluso a aumentar el tamaño de las regiones del cerebro implicadas directamente en la memoria (de forma similar a un músculo que se ejercita). De hecho, muchos estudios indican que las personas con mayor nivel de estudios o que hablan varios idiomas tienen menos riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas”, según Moreno-González.

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Leer es a la inteligencia lo que el entrenamiento físico a la capacidad muscular. Pero no vale cualquier soporte ni cualquier género

Las relaciones sociales también reman a favor de la salud cerebral, “ya que además del bienestar que produce, socializar mejora nuestra memoria y puede reducir los niveles de inflamación en el cerebro, según estudios recientes”, dice la investigadora del IBIMA. También es muy importante no robarle horas al descanso. “Durante el sueño, el cerebro está activo realizando tareas clave como la consolidación de la memoria y la ‘limpieza’ de sustancias potencialmente tóxicas, cuya acumulación crónica puede afectar al funcionamiento y supervivencia de las neuronas cerebrales y, por lo tanto, desencadenar la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Todas estas actividades se producen en la fase REM, por eso es tan importante que el sueño sea reparador y que, además, se haga con la luz apagada, ya que la oscuridad activa la glándula pineal, que produce melatonina e induce al sueño”, dice Moreno-González, quien recomienda como hábito a seguir para cuidar la salud cerebral evitar el uso de pantallas (televisión, teléfonos, ordenadores) antes de acostarnos.

Tabaco, decibelios y otras “interferencias” a evitar

Eider Arenaza-Urquijo explica que el efecto negativo del tabaco se produce incrementando los factores de riesgo cardiovascular y favoreciendo la atrofia cerebral. “El tabaquismo aumenta aún más el riesgo en personas con una susceptibilidad genética para desarrollar alzhéimer. Por tanto, nunca es tarde para abandonar este hábito. De hecho, hay estudios que muestran los beneficios a nivel cerebral de esta decisión incluso en personas de edad avanzada”. En cuanto al alcohol, las pautas también son muy claras: un consumo de más de 21 unidades semanales aumenta el riesgo de demencia. Otras recomendaciones específicas de los autores de este informe para los menores de 40 años son mantener la presión arterial sistólica en 130 mm Hg o menos; prevenir la pérdida auditiva mediante la protección de los oídos frente a la exposición excesiva al ruido; y reducir el contacto con la contaminación ambiental y el humo de tabaco de segunda mano.

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A partir de los 40 no está de más hacerlo en casa cada año (si hay antecedentes familiares el control es mayor, y desde antes)

“Tener un sistema inmune fortalecido mediante hábitos saludables como la alimentación, el ejercicio regular y el control de enfermedades podría prevenir, en cierta medida, el desarrollo de algunos tipos de demencia y retrasar el envejecimiento cerebral. Y una recomendación importante en este sentido es evitar el uso indiscriminado de antibióticos (la automedicación), ya que, a largo plazo podrían afectar a la microbiota y tener efectos adversos sobre el cerebro”. De esta forma resume Inés Moreno-González el nexo que hay entre el estado de nuestras defensas y la “jovialidad” neuronal. Las razones de este vínculo son complejas, pero en él están implicadas un tipo de células del sistema inmune del cerebro que envejecen a la par que el resto del organismo, “y con el tiempo se vuelven menos eficientes para ejercer su función de defensa, favoreciendo el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas”.

También hay que tener en cuenta el factor género en todas estas recomendaciones, ya que, como explica Silvia Gil, aunque las diferencias encontradas en hombres y mujeres en diferentes estudios afectan sobre todo a la población mayor de 40 años, hay datos en los que se ve que los cambios iniciales en el cerebro de un paciente con enfermedad de Alzheimer afectan de forma más temprana a las mujeres, “y más concretamente a aquellas que se encuentran en una transición hormonal hacia la menopausia”.

Inditex se convierte en el rey de la Bolsa por negociación pese a su reducido ‘free float’

 


Representa el 18% del efectivo contratado en la Bolsa española en octubre. Con Iberdrola y Santander copa un 36,6% del total

Inditex se convierte en el rey de la Bolsa por negociación pese a su reducido ‘free float’ pulsa en la foto

En lo que va de mes la acción de Inditex recupera un 26% en Bolsa gracias al rally experimentado por la renta variable al conocerse los avances en la vacuna de Pfizer el pasado lunes. Una revalorización que maquilla las pérdidas acumuladas en el año –recorta un 15% desde enero–, debido a los estragos que ha provocado la pandemia en el consumo.

El gigante textil es desde hace años la primera empresa española por capitalización bursátil, seguida por Iberdrola, y se ha convertido en la niña bonita de inversores y expertos. Las casas de análisis mantienen su confianza en el valor y fijan un precio objetivo de 27,77 euros por acción, lo que implica un potencial de revalorización del 3,8%.

Por el lado de los inversores, Inditex es el valor más negociado de largo en la Bolsa española. De acuerdo a los datos del gestor de la Bolsa española, BME, el grupo fundado por Amancio Ortega supuso en octubre el 18,3% de todo el efectivo contratado en la Bolsa española. De los 27.986,6 millones de euros que se negociaron en acciones el pasado mes de octubre, los inversores movieron 5.132,7 millones de euros en títulos de Inditex. Y ello a pesar de su reducido free float (capital que circula libremente en Bolsa) de la compañía, dado que Amancio Ortega controla un 59,3% de su accionariado y su hija Sandra Ortega otro 5,05%.

A la zaga se sitúa Iberdrola, que supuso el 10,6% de toda la negociación en octubre, con un efectivo total de 2.958,5 millones de euros. En tercera posición se sitúa Santander, con un 7,7% y 2.155,5 millones. La utility y la entidad financiera cuentan con un free float muy superior, al no tener un gran accionista con más de la mitad del capital, como sucede en Inditex. El capital flotante de Iberdrola se sitúa en torno al 83%, mientras que en el caso de Santander es de más del 90%.

El mes pasado, los dos grandes pesos pesados del selectivo aglutinaron el 28,9% de todo el volumen negociado en BME, por encima del peso que mantuvieron en la negociación de todo el ejercicio 2019, en el que Inditex e Iberdrola supusieron el 25,6% de todo el efectivo contratado, según datos del gestor de los mercados regulados españoles correspondientes al ejercicio previo.

Buena parte del incremento registrado este año se debe a la avidez de los pequeños inversores por arañar algo de rentabilidad en un entorno de tipos cero y en el que las caídas registradas en la Bolsa en lo que va de año han dejado a no pocos valores en unos niveles atractivos para entrar y tomar posiciones, no exentas de riesgo. A ello se ha sumado además una consecuencia indirecta de la pandemia: un fuerte repunte en las aperturas de cuentas en entidades financieras para operar en Bolsa, impulsado por una bajada en las comisiones de los brókeres.

Una decena de valores mandan

Empresas cotizadas hay muchas pero no tantas que muevan una gran cantidad de dinero.De acuerdo a los datos de BME, 10 valores soportan el 63,3% del efectivo negociado el pasado mes en el parqué español. Tras Inditex, Iberdrola y Santander se sitúa Telefónica, con un 4,6% del total. La teleco, que durante años fue la compañía más valiosa de la Bolsa española, ha reducido su peso en el efectivo contratado desde el 8,5% que representaba a cierre de 2019. Le siguen Amadeus, Repsol y BBVA, con porcentajes superiores al 4%. Cierran la lista Cellnex, Ferrovial y Siemens Gamesa.

Los mejores coches híbridos, híbridos enchufables y eléctricos

 

 

 

El apoyo eléctrico puede combinarse ya con casi cualquier tipo de modelo y carrocería y, en función de la tecnología, permite reducir el consumo o suprimir las emisiones. Ofrecemos una selección con los automóviles más recomendables de cada clase.

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    Híbridos // El mejor: Toyota RAV4

    La última entrega del RAV4 pone en valor los casi 25 años de experiencia de Toyota en mecánicas híbridas, y lo hace en 360 grados. En la parte mecánica porque el nuevo módulo híbrido, con motor 2.5 de gasolina y 218 CV, resuelve las carencias dinámicas de los anteriores: corre mucho y responde con poderío, pero sigue gastando muy poco, en especial en ciudad. Y en las partes estética y práctica, porque permite disfrutar un SUV grande, de comportamiento consistente y muy equipado en seguridad, que reúne todo lo que necesita una familia.

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    Híbridos // Alternativo: Seat León TGi

    La tecnología híbrida bicombustible de gasolina y gas natural (GNC) ofrece el coste de uso más económico sin perder prestaciones ni apenas restar espacio. Pero la red de repostaje no cubre el norte de España ni Andalucía. La versión TGi del nuevo Seat León Sports Tourer será una buena alternativa.

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    Híbridos // Referencia: Hyundai Ioniq

    La tecnología híbrida de gasolina sin renuncias. El Ioniq ofrece una imagen moderna, una mecánica eficiente y prestaciones correctas incluso para viajar. A diferencia de sus rivales japoneses, incluye un cambio automático que permite disfrutar la conducción gastando solo medio litro más. Desde 24.000 euros.

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    Híbridos // Innovador: Renault Clio E-Tech

    Estrena la nueva tecnología híbrida E-Tech de Renault, que resuelve la principal carencia de los híbridos japoneses con un innovador cambio automático. Y aparte de mejorar la experiencia de conducción, ofrece unas prestaciones superiores para viajar. En contrapartida, sale algo más caro y no viene tan equipado.

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    Híbridos // Accesible: Toyota Yaris Hybrid

    Tecnología limpia y eficiente sin sobreprecio. Es la receta del nuevo Yaris Hybrid, que estrena un módulo híbrido muy eficaz que ya no renuncia a las prestaciones: tiene 116 CV, apenas gasta cuatro litros de media y se vende desde 18.650 euros.

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    Híbridos enchufables // El mejor: Kia Xceed PHEV

    Reúne el cóctel idóneo de los enchufables: baterías para la ciudad (hasta 48 kilómetros de alcance) y motor de gasolina para viajar, en este caso, con consumos eficientes y prestaciones aceptables. Rinde 140 CV y lleva cambio automático. Pero su receta ganadora añade más, como su carrocería SUV, que luce una línea casi de cupé y menor altura de lo habitual, pero recoge un interior amplio y confortable. Incluye cinco plazas y cumple como coche único, aunque tiene un maletero pequeño. Los precios son competitivos y rematan el conjunto: a partir de 36.000 euros.

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    Híbridos enchufables // Made in Spain: Renault Captur E-Tech

    Es junto al Kuga PHEV, el primer híbrido enchufable hecho en España y estrena una tecnología eficaz e innovadora. Comparte la mecánica del Clio E-Tech, su hermano híbrido, pero con más potencia (160 CV) y baterías de 9,8 kWh, en lugar de 1,2 kWh, y recargables, con 50 kilómetros de autonomía. Desde 32.600 euros.

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    Híbridos enchufables // Polivalente: Jeep Renegade 4xe

    Este Jeep de bolsillo combina las ventajas de tamaño de los SUV urbanitas para aparcar, y la mecánica enchufable para no pagar por hacerlo y circular a diario con las pilas (50 kilómetros). Pero destaca sobre todo por mantener las aptitudes camperas de Jeep, con tracción 4x4. Tarifas algo elevadas: desde 39.700 euros.

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    Híbridos enchufables // Referencia: Mercedes GLE 350 de

    La excelencia en enchufables: motor diésel de 194 CV, eléctrico de 134 CV y 320 CV en total. Y unas baterías más grandes de lo habitual (31,2 kWh), casi como las de algunos eléctricos puros, que elevan la autonomía hasta 100 kilómetros, récord entre estos coches. Pero sale muy caro: desde 78.125 euros.

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    Híbridos enchufables // Alternativa: Volvo XC40 TwEn

    El pionero de los SUV enchufables. Tiene dos versiones, T4 y T5, y destaca por su poderío (211 y 252 CV). Reúne un diseño con clase, asientos de referencia en confort y el completo equipo de seguridad de Volvo. Pero hay que pagarlo: desde 45.250 euros.

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    Eléctricos // El mejor: VW ID.3

    Mismo tamaño, silueta parecida y hasta el pilar inconfundible detrás de las puertas traseras. Y con su imagen sólida y un comportamiento ágil, seguro y efi caz. Podría ser una visión vanguardista del Golf, pero es el ID.3, su hermano a pilas, un eléctrico 2.0 diseñado desde el primer boceto para funcionar solo con electricidad. Esta premisa permite alojar todo el módulo eléctrico -motores y baterías- debajo del piso para optimizar el espacio interior. Se vende con tres acumuladores que ofrecen de 420 a 549 kilómetros de autonomía. Y tiene unos precios que aspiran a democratizar la movilidad sin emisiones: desde 30.000 euros.

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    Eléctricos // Superventas: Tesla Model 3

    Tesla es la referencia mundial en eléctricos y su irrupción ha empujado al resto a 'ponerse las 'pilas'. Su berlina Model 3 fue el coche de baterías más vendido en Europa en 2019, con 95.247 unidades, el doble que el siguiente.

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    Eléctricos // Familiar: Hyundai Kona / Kia e-Niro

    Los dos primeros familiares a pilas que cumplen casi como coche único. Tienen una imagen moderna, un interior amplio y buenas prestaciones. Se venden con dos baterías, una más asequible y urbana, y otra mayor que permite viajar y ronda los 400 kilómetros de autonomía real en carretera. Y añaden precios de acceso asequibles: desde 27.000 euros.

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    Eléctricos // Imbatible: Porsche Taycan

    La deportividad eléctrica según Porsche, en una berlina de cuatro plazas y cuatro puertas. Imagen, prestaciones espectaculares y cerca de 400 kilómetros de autonomía real. Pero hay que pagarlo: desde 109.000 euros.

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    Eléctricos // Icónico: Ford Mustang Mach E

    El icono de la electrificación de Ford y su respuesta al Tesla Y. Un SUV familiar a pilas de 4,7 metros y bien aprovechado por dentro que recoge el ADN del Mustang. Ya a la venta con tres motores, dos baterías y más de 500 kilómetros de autonomía.

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Eléctricos // Esperado: Cupra el-Born

Iba a ser un Seat, pero al final será el segundo modelo propio de Cupra, con quien encaja como un guante. Comparte la base del ID.3 con un traje que reúne deportividad, estilo propio y mucho gancho. Llegará en otoño de 2021.

Cerrar la brecha digital, evitar el desastre


La digitalización de España, ya de por sí urgente antes de la pandemia, debe acelerarse. El objetivo: no dejar a nadie fuera y reanimar la economía

¿Resistirá Internet? La pregunta, formulada el pasado 28 de febrero en la página de la Internet Society (ISOC) —la principal organización sin ánimo de lucro dedicada al desarrollo global de la Red—, sembraba una inquietud más en el inquietante panorama que vivía el planeta. Aunque faltaban 13 días para que la OMS declarara la pandemia, ya se atisbaba que la enfermedad podía obligar al mundo a confinarse y a trasladar gran parte de la actividad a espacios virtuales. En medio de la mayor crisis sanitaria en un siglo, la Red creada para sobrevivir a una guerra nuclear afrontaba su particular desafío ante el virus microscópico.

Internet, tal y como vaticinaba la ISOC, resistió. En España, con nota: la red de fibra óptica más extensa de Europa aguantó un brutal aumento de consumo, con picos de hasta el 80%. Pero quedaron al desnudo múltiples carencias. Muchas empresas no pudieron seguir operando en remoto. Al menos el 10% de los niños quedaron desconectados del sistema educativo. Y la avalancha de trámites online probó que la Administración estaba lejos de ser plenamente electrónica.

La crisis sanitaria ha provocado así una digitalización a la fuerza en un mundo que ya antes giraba a gran velocidad. Es una emergencia sobre otra emergencia, pero, bien encauzada, puede servir para apuntalar una economía que caerá, según las previsiones oficiales, el 11% este año. Con ese propósito, el Gobierno ha presentado en tres meses dos grandes planes superpuestos: la Agenda España Digital 2025 y el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, regados con 140.000 millones del fondo de recuperación europeo. Los expertos coinciden en que estas iniciativas pueden contribuir a sacar al país del agujero y, superada la coyuntura, son una oportunidad —"quizá la última", apostilla el profesor de Esade Xavier Ferràs— para meter a España en la avanzadilla de los países más innovadores.

La digitalización no forma parte de la pelea política y cuenta con la complicidad de las grandes empresas, y por ello es más fácil hacer planes consensuados a largo plazo. Pero para que los altisonantes titulares sobre inversiones millonarias tengan efecto sobre la economía real hay que afinar dos detalles. En primer lugar, elegir muy bien los proyectos en los que se invierte, para no desperdiciar los fondos europeos. Y, en segundo lugar, desarrollar una accountability, una evaluación de su ejecución. “O creamos unos seguimientos de monitorización y de evaluación de resultados, o no iremos a ningún sitio”, sentencia el consultor de estrategia digital Borja Adsuara.



1. Múltiples brechas

El 17 de julio, el informático y diseñador web Ángel Mejía tuiteaba una foto de sí mismo trabajando junto a un coche aparcado en pleno campo de la provincia de Guadalajara. “Teletrabajando en la España vaciada. En El Pedregal no tenemos ni cobertura para llamar, por lo que me voy hacia la antena de Aragón. El entorno es inmejorable, las condiciones, lamentables”.

No era un caso aislado. La pandemia había impulsado el teletrabajo y miles de españoles lo aprovecharon para trasladarse al pueblo. Muchos tuvieron que desistir por problemas de conexión. En España, la Ley General de Telecomunicaciones de 2014 fija un servicio universal que garantiza conexión a Internet a 1 MB por se­gundo. Pero esa velocidad se ha quedado anticuada para permitir un trabajo sofisticado o para ver Netflix.

El compromiso del Gobierno en su Agenda Digital de ofrecer conexión de 100 MB para el 100% de la población en 2025 y el todavía incipiente despliegue del 5G son fundamentales para la vertebración del país. De cumplirse podría dar un vuelco a problemas como la despoblación o el precio de la vivienda.



Pero brechas digitales hay varias. Y, con la fortaleza de España en infraestructuras digitales, quizá la que existe entre el campo y la ciudad no sea la más difícil de cerrar. Hay una brecha de edad: uno de cada dos mayores carece de habilidades digitales. También, una brecha de género. Y una socioeconómica —la pandemia complicó la escolarización de cientos de miles de niños que no disponían de dispositivos ni conexión—, aunque conviene no reducir el problema a una cuestión de equipamientos. Si así fuera, sería fácil y barato de arreglar, asegura Ainara Zubillaga, directora de Educación de la Fundación Cotec. “El problema es cultural, y hay que tener una mirada más larga para resolverlo


2. Administración no tan electrónica

La Agencia Tributaria o la Dirección General de Tráfico —que utilizan incluso inteligencia artificial— se han convertido en referencia. España ocupa el segundo puesto en la UE en materia de servicios públicos digitales, según el Índice de la Economía y Sociedad Digitales (DESI) que se publica anualmente, solo por detrás de Estonia. Los datos de la UE parecen apabullantes: el 82% de los internautas participa activamente en los servicios de Administración electrónica, seis puntos más que el año anterior; más del 98% de los servicios están listos para ser digitales y España es un ejemplo a seguir por las grandes economías de la UE. E incluso, subraya Bruselas, podría mejorar si logra un consenso entre Administraciones públicas para desarrollar una infraestructura interoperable y digital por defecto.

Con todos estos datos nos hacemos trampas al solitario, opina el consultor de Estrategia Digital Borja Adsuara. Hay un problema de entrada, la identificación: el DNI electrónico nunca ha funcionado. “Estamos entre los mejores por el número de procedimientos digitalizados, pero muchos de ellos nadie los usa”. Rafael Domenech, responsable de Análisis Económico de BBVA Research, cree que es crucial, una vez aprobado el ingreso mínimo vital, crear una tarjeta social digital para que las Administraciones descarguen en ella la información de todas las ayudas. “Es el uso más eficiente de los impuestos de los contribuyentes y lo más justo para los beneficiarios, al identificar mejor a los que más lo necesitan”, señala.

Mientras no haya una automatización de procedimientos estaremos digitalizados a cachos”, sostiene Adsuara. “Todo el procedimiento administrativo debería estar pintado en un diagrama de flujos, totalmente automatizado”. ¿Y qué papel le quedaría al ser humano? “Supervisar y atender. El ciudadano necesita a alguien que le escuche. Sin intervención humana habría muchas decisiones injustas”.

3. Déficit de habilidades

Los indicadores de la UE señalan que el punto más débil de la digitalización en España es el capital humano. En el informe DESI es el parámetro en el que ocupamos peor posición: los decimosextos, de 27 países. El 43% de los españoles de entre 16 y 74 años carecen de competencias digitales básicas, un punto menos que en el conjunto de Europa. El porcentaje de especialistas en Tecnologías de la Información es del 3,2%, frente al 3,9% de media. No son diferencias abismales, pero el asunto es crucial. “Adaptar el capital humano a las nuevas necesidades es la verdadera riqueza de las naciones, sobre todo ante este reto”, sentencia Domenech, de BBVA Research.

El desarrollo de esas habilidades prepara a los trabajadores para puestos demandados y los dota de una flexibilidad vital para el futuro. Que un tercio de los españoles sean ya nativos digitales no es garantía de que sus destrezas estén bien aprovechadas. “A esos jóvenes que dedican sus habilidades al ocio habría que reconvertirlos para el negocio”, señala el consultor Borja Adsuara. “Están preparados para TikTok, pero habría que darles cursos de marketing digital, orientarlos hacia profesiones que demandan la empresas”.

El plan de recuperación del Gobierno señala la educación, la formación continuada y el desarrollo de capacidades como una de las diez políticas clave y les asigna un 17,6% de los fondos destinados a este fin en los próximos tres años, unos 85.000 millones de euros. ¿Debe incorporarse una asignatura de tecnología en la escuela? Para Zubillaga, de la Fundación Cotec, lo mejor es que estos conocimientos estén integrados en la enseñanza, que los alumnos interioricen la tecnología como algo transversal a todo lo que se hace, pero que no sea una materia separada del resto.

4. Modernizar la pequeña empresa

El informe DESI sitúa a España en el puesto 13º de la UE en integración digital de las empresas, prácticamente en la media. Las grandes y medianas compañías españolas están razonablemente digitalizadas, pero el problema está sobre todo en los autónomos al frente de pymes sin asalariados y en las pequeñas, que en conjunto constituyen casi el 95% del total.

Otras cifras también contribuyen a distorsionar la foto real. El comercio electrónico creció en España más del 11% respecto a 2019 en el primer trimestre del año, ya antes del confinamiento, según la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. Pero las conclusiones son mucho menos optimistas si consideramos que el 60% de dichas transacciones se realizaron en webs extranjeras.

En el plan de recuperación del Gobierno se habla de impulsar a las pequeñas y medianas empresas mediante un plan de digitalización y reforma de instrumentos de financiación. Pero la digitalización de la micropyme, golpeada por la competencia de Amazon o AliExpress, es muy complicada. Necesitan la ayuda de plataformas de comercio electrónico que les den todo hecho, explica Borja Adsuara. El efecto de esa modernización podría tener un efecto paradójico: salvar el comercio tradicional. “La digitalización es fundamental para que no desaparezcan las tiendas y, con ellas, la vida de los barrios”, concluye Adsuara.

5. Una ridícula inversión en I+D

Con todo, España no está tan mal en el uso de la tecnología. Más grave es que no la generamos. La inversión en Investigación y Desarrollo (I+D), pública y privada, se sitúa en el 1,24% del PIB, estancada desde hace dos décadas y muy lejos del 3% que se fijó para 2020 la cumbre de Lisboa de 2000. El desafío trasciende lo nacional. Europa necesita competir contra gigantes como China, que invierten 100.000 millones en inteligencia artificial, 30 veces más que los 3.000 millones de Alemania, uno de los pocos países que sí cumple con Lisboa. O con EE UU, donde el discurso neoliberal choca con una realidad de enormes proyectos financiados con dinero público, como las misiones espaciales.

Para agravar el problema, en los presupuestos de 2018, los últimos aprobados, se pintaron 6.000 millones para I+D, pero solo se ejecutaron la mitad. ¿Por qué no se gastan? Por complejidad burocrática y porque se dan en forma de crédito, cuando la innovación disruptiva es de mucho riesgo y serían mejor ayudas directas, apunta Xavier Ferràs, de Esade. “Hay proyectos estratégicos que deben ser impulsados por las administraciones: si alguien está tratando de desarrollar la vacuna contra la covid-19 y le ofreces un dinero con la condición de que lo devuelva, es probable que no lo pida y se dedique a otra cosa”, explica.

Del éxito o fracaso en este desafío dependerá que España juegue en la primera o en la segunda división de las economías. ¿Cómo gestionarlo de la forma correcta? “La lógica política te lleva a aprobar muchos proyectos pequeños, porque contentas a todos. Pero es mejor aprobar unos pocos proyectos grandes, de impacto económico, que generen empleo de calidad y que el mercado no pueda generar por sí mismo”, considera Ferràs. Además, teniendo en cuenta que Bruselas controla hasta la factura del último cartucho de impresora, “la selección de unos pocos proyectos facilita que puedan ser auditados a fondo”.

Conclusiones

1

La pandemia ha acelerado el imparable proceso de digitalización y ha desnudado nuestras carencias y fortalezas.

2

España destaca por la fortaleza de sus infraestructuras y en los índices europeos puntúa alto, aunque la letra pequeña obliga a hacer muchas matizaciones en la digitalización de la Administración pública.

3

El confinamiento ha puesto en evidencia varias brechas en el ámbito digital. La territorial es de la que más se habla, pero también las hay en el ámbito educativo, en el de las habilidades en general, e incluso hay una brecha de género.

4

Los puntos más débiles son nuestras habilidades digitales y la escasa digitalización de la pequeña empresa, que se ve amenazada además por la actividad de enormes compañías que dominan el comercio electrónico.


La inversión en I+D resulta ridícula comparada con la de otros países de nuestro entorno. España se juega en esa partida meterse en la avanzadilla de las naciones punteras o quedar relegada a ser una economía de segunda.

Recomendaciones

1

Auditoría

Asegurarse de que se cumplan los objetivos.

2

Selección rigurosa

Evitar que se desperdicien los fondos europeos.

3

Igualdad

Evitar que la digitalización aumente las desigualdades y exclusiones de ciudadanos.

4

Capital humano

Educar para las nuevas necesidades digitales y actualizar el currículo educativo.

5

Regulación europea

Con un mercado fraccionado es difícil competir.

6

Administración electrónica

Mejorar su funcionamiento y crear una tarjeta social digital.

7

Plataformas

Elaborar una nueva legislación para las nuevas formas de trabajo, siguiendo las mejores prácticas de otros países.

8

Divulgación

Evitar la desconfianza de los ciudadanos en la innovación.