Actualidad

A prueba: cuatro híbridos enchufables de precio razonable

Dos turismos compactos y dos SUV de tamaño similar con mecánica enchufable: Seat León, Mercedes Clase A, Kia XCeed y Renault Captur.

Híbridos enchufables

De izquierda a derecha, Seat León, Kia XCeed, Renault Captur y Mercedes Clase A. / Enrique Brooking

Reúnen lo mejor de los dos mundos, la electricidad de sus baterías para los desplazamientos diarios, y el motor térmico para poder viajar sin limitaciones de autonomía ni incertidumbres con las recargas propias de los modelos 100% eléctricos. Son los híbridos enchufables o PHEV, la tecnología de moda que sirve de introducción al uso del enchufe para resolver la movilidad personal. Y tras la avalancha de estrenos de finales de 2020, empiezan a estar disponibles en casi todas las marcas y a precios cada vez más competitivos.

En esta prueba se enfrentan dos modelos compactos de cinco puertas, el Seat León y el Mercedes Clase A, y dos SUV de tamaño similar, los Kia XCeed y Renault Captur. Todos son de reciente aparición y equipan mecánicas PHEV, con motor de gasolina y módulo eléctrico. Y se impone el Seat, que ofrece el conjunto más completo y equilibrado.

En pocas palabras

El Seat León e-Hybrid es el primer híbrido enchufable de la marca española y acaba de llegar. Equipa el mismo módulo del anterior Golf 7 e-Hybrid, con 204 CV, y anuncia hasta 64 kilómetros de autonomía eléctrica. Se impone porque ofrece un buen equilibrio y un precio mucho más asequible que el Mercedes. Además, es el más amplio por dentro, sobre todo atrás, ofrece el mejor comportamiento y un equipo de serie superior, en especial en seguridad. Y aunque ha hecho solo 38 kilómetros con las pilas, es el más versátil y tiene buenas prestaciones para viajar. Se vende en carrocerías cinco puertas y Sportstourer o familiar, desde 34.080 y 35.280 euros, pero los descuentos pueden llegar a 6.200 euros.

El Mercedes Clase A 250e empata con el Seat hasta que se valora la economía. Es el más potente, 218 CV, ofrece las mejores prestaciones y el mayor rango de uso eléctrico, hasta 73 kilómetros oficiales y 57 en la prueba. Pero es el más pequeño por dentro, viene poco equipado y cuesta 7.300 euros más que el León. Y se vende con carrocería cinco puertas y Sedan desde 39.350 y 40.150 euros, respectivamente.

El Kia XCeed domina entre los SUV, que equipan mecánicas menos potentes y están más limitados para viajar. Reúne una línea atractiva y liviana de silueta cupé, viene bien equipado y es el que ha gastado menos. Tiene el precio más asequible y siete años de garantía. Y anuncia hasta 48 kilómetros de uso eléctrico, que ha repetido en la prueba, pero no es significativo: arranca el motor de gasolina si lo estima oportuno. Además, rinde 141 CV y ofrece el mejor consumo tras agotar la pila, pero con prestaciones justas: el motor de gasolina tiene solo 105 CV. Se vende desde 36.225 euros que bajan a 24.300 con descuentos y financiación.

El Renault Captur E-TECH estrena el módulo enchufable de Renault, con 160 CV en total y 50 kilómetros de autonomía eléctrica que se han quedado en 48 en la prueba, pero arrancando también el motor térmico en algunos momentos. Presenta una imagen con presencia, y un interior atractivo y práctico, con las plazas traseras regulables en longitud. Y el mejor consumo urbano con la pila. Pero viene poco equipado y cuesta algo más que el Kia, desde 32.640 euros sin descuentos.

Análisis completo

CONDUCCIÓN

Cuatro híbridos enchufables, dos SUV más urbanos y familiares, y dos compactos más potentes y deportivos. Todos combinan un motor de gasolina y otro eléctrico con un módulo de baterías que les permite homologar más de 40 kilómetros de autonomía eléctrica y acceder a la etiqueta Cero de la DGT.  ⇒ Más información

  AUTONOMÍA ELÉCTRICA Y CONSUMO

La capacidad de la batería es clave en los híbridos enchufables, pero su gestión térmica y la recarga al frenar afectan a la autonomía. La potencia del motor térmico condiciona las prestaciones tras agotar la pila, pero los consumos han sido similares en los cuatro modelos de la prueba. ⇒ Más información

VIDA A BORDO

Las plazas delanteras son buenas y todos pueden alojar cinco pasajeros, pero no son cómodos para tres adultos atrás, y el asiento posterior está pensado solo para dos. Con esas limitaciones el mejor para alojar tres pasajeros detrás es el Seat. Le sigue el Kia, que es algo más ancho que el León, pero se roza en los lados si van tres atrás. El Renault destaca por su altura y modularidad –permite deslizar el asiento trasero–, pero es el más estrecho. Y el Mercedes agobia un poco y parece más pequeño. ⇒ Más información

AL DETALLE

Seat León. Espacio y dinamismo.
Mercedes Clase A.Más elegante que práctico.
Kia XCeed. Amplio, asequible y eficiente.
Renault Captur. Altura, confort y modularidad. ⇒ Más información

• PRECIOS Y EQUIPAMIENTO

Los precios están igualados, y solo el Mercedes se desmarca por arriba con 39.350 euros, 7.200 más que el Seat, que sale por 32.000 euros en el acabado FR GO L. El Captur E-TECH se queda en 31.185 euros y el Kia XCeed es el más asequible con 30.901 euros, todos con descuentos incluidos, pero sin las primas por financiar con la marca. ⇒ Más información

 IMAGEN Y DISEÑO

El diseño es un valor común a todos, que muestran una imagen moderna y atractiva. Pero con ventaja del Mercedes, que es el más sofisticado y elegante por fuera; incluye el frontal con más clase y la silueta más baja, afilada y deportiva. Le siguen el Kia y el Renault, el primero con un techo en arco, los ángulos más redondeados y un portón trasero muy tumbado hacia delante que definen una línea de SUV cupé, la tendencia de moda. ⇒ Más información

LA CONCLUSIÓN

Victoria clara del Seat León, que domina entre los compactos y ofrece el equilibrio más completo. Es el más amplio, ofrece buenas prestaciones, el mejor comportamiento dinámico para viajar y el equipo de serie más completo en seguridad. Y aunque tiene menos rango de uso con la batería, se vende a un precio competitivo. El Mercedes A250e le iguala hasta que se valora la economía. Es el más rápido y potente, y ofrece la mejor autonomía eléctrica, pero es más pequeño por dentro, incluye un equipo de serie muy justo y cuesta 7.300 euros más. El Kia XCeed vence entre los SUV con una línea atractiva, el mejor equipo de serie y la garantía más completa. Y aparte de gastar menos, es el más asequible. El Renault Captur aporta una imagen contundente, es muy práctico y modulable por dentro, y muy eficiente en ciudad, pero viene menos equipado.

Alzhéimer y otras demencias: qué hacer para prevenirlas si ya has cumplido los 40

 

Alzhéimer y otras demencias: qué hacer para prevenirlas si ya has cumplido los 40

Un informe recopila las medidas que limitan el riesgo de sufrir la enfermedad aunque se tomen cerca del ecuador de la vida

SCIENCE PHOTO LIBRARY / Getty Images/Science Photo Libra
Carla Nieto Martínez

Por si a estas alturas alguien lo dudaba, que quede claro desde el principio: “Nunca es demasiado pronto (ni demasiado tarde) para prevenir la demencia”. Lo dice la última recopilación de la Comisión Lancet 2017 sobre los factores de riesgo que podemos modificar para disminuir las probabilidades de desarrollar alzhéimer y otras enfermedades neurodegenerativas. Nadie debería dejar de lado el documento, teniendo en cuenta que, “según este informe, hasta un 40% de los casos de alzhéimer y otras demencias se podrían prevenir o retrasar”, dice Silvia Gil, vocal de la Sociedad Española de Neurología.

Es una buena noticia que se asimila con júbilo, pero saber qué hay que hacer exactamente para rebajar las probabilidades de evitar —o retrasar— la enfermedad es más complicado. Los autores de este informe han hecho una clasificación de estos factores de riesgo y de las pautas de actuación más efectivas según el segmento vital de cada uno, y han seleccionado aquellos que la ciencia señala que pueden ser efectivos durante la vida temprana, que establecen hasta los 45 años. Estos son los deberes que le han puesto a quienes hayan cumplido los 40.

Paseos y polifenoles, una estrategia a largo plazo

“Muchas investigaciones han demostrado que las personas con sobrepeso u obesas podrían ser más propensas a desarrollar problemas cognitivos, debido principalmente a la asociación entre una elevada cantidad de grasa corporal y las enfermedades metabólicas (como la diabetes), la obstrucción de los vasos sanguíneos o los procesos inflamatorios. Pero hay más: los últimos estudios indican que este mayor riesgo ocurre cuando el sobrepeso se da en la mediana edad y no tanto en otra más avanzada”, explica Inés Moreno-González, del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga-IBIMA y una de las autoras de un reciente trabajo de investigación sobre los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer.

En cuanto a la dieta, hay unanimidad en torno a que la mediterránea es la mejor opción, una pauta de alimentación dentro de la que Moreno-González destaca un tipo concreto de nutriente: los polifenoles. “Son compuestos naturales que ayudan a mantener una buena salud mental, ya que tienen propiedades antiinflamatorias y antioxidantes. Están presentes en frutas y verduras en distintas formas, como el resveratrol de uvas y bayas, el ácido rosmarínico en las hierbas aromáticas y los taninos del vino tinto, el té y el chocolate”.

En busca del secreto del sofrito, el elixir de la cocina española

Los científicos han analizado lo que se cocina en la sartén y han llegado a la conclusión de que puede ser una pieza fundamental para explicar los beneficios de la dieta mediterránea

Algunos suplementos (sobre todo de vitaminas C y D) se han postulado como opciones beneficiosas a nivel neuronal, pero “según el metaanálisis más reciente sobre el tema, que estudió los efectos de la suplementación a largo plazo (de 5 a 10 años), la evidencia del beneficio cognitivo es baja para la vitamina C y menor aún para la vitamina D”, comenta Aleix Sala, investigador del Programa de Prevención del Alzhéimer de la Fundación Pasqual Maragall. Para él, ante la falta de estudios concluyentes la mejor opción preventiva es una dieta variada que incluya, además de polifenoles, otros compuestos de interés para la función cerebral como los ácidos grasos omega-3.

El ejercicio físico también reúne consenso sobre sus bondades cerebrales a todos los niveles. “Se ha demostrado que la actividad física durante la adolescencia y la adultez está ligada a una mejor capacidad cognitiva después de los 65 años. La razón es que, por un lado, aumenta el metabolismo cerebral, ayudando a preservar el hipocampo (zona cerebral responsable de la memoria) y, por otro, reduce los factores de riesgo cardiovascular y mejora el ánimo, así como la salud mental”, señala Eider Arenaza-Urquijo, quien también forma parte del Programa de Prevención de la Fundación Pasqual Maragall. A la hora de concretar qué actividad estaría más recomendada en adultos jóvenes para conseguir estos beneficios, la doctora Arenaza-Urquijo señala los aeróbicos como correr, caminar, nadar y montar en bicicleta, ejercicios de baja o media intensidad y de la larga duración.

Estrés, ‘hobbies’ y falta de sueño: así los perciben tus neuronas

No es fácil, no, pero cuanto antes aprendamos a manejar el estrés y la ansiedad, menos huella dejarán en nuestra salud cerebral. “El estrés crónico puede favorecer el desarrollo de depresión clínica, ya que disminuye los niveles de serotonina, dopamina y endorfinas, moléculas que intervienen en la respuesta emocional y el comportamiento social”. Mantener durante periodos prolongados unos niveles altos de cortisol (una sustancia que produce el cerebro en situaciones de estrés) puede afectar a la capacidad de las células del sistema nervioso para regenerarse y al volumen de áreas del cerebro implicadas en la memoria, “lo que finalmente favorece el deterioro cognitivo”, explica Moreno-González.

Para frenar este círculo vicioso, la experta recomienda actividades que incrementen los niveles de serotonina y dopamina, y que reduzcan los de cortisol, como el ejercicio físico moderado (otra vez el ejercicio, toma nota), las técnicas de relajación y, “en general, cualquier actividad placentera, como la práctica de ‘hobbies”. Adquirir nuevos conocimientos y habilidades también tiene un efecto positivo (nunca es tarde para aprender a montar en bici). “La lectura y otras actividades mentales, sobre todo aquellas que suponen un reto o estrategia, pueden llegar incluso a aumentar el tamaño de las regiones del cerebro implicadas directamente en la memoria (de forma similar a un músculo que se ejercita). De hecho, muchos estudios indican que las personas con mayor nivel de estudios o que hablan varios idiomas tienen menos riesgo de padecer enfermedades neurodegenerativas”, según Moreno-González.

Estas lecturas te pueden hacer más inteligente

Leer es a la inteligencia lo que el entrenamiento físico a la capacidad muscular. Pero no vale cualquier soporte ni cualquier género

Las relaciones sociales también reman a favor de la salud cerebral, “ya que además del bienestar que produce, socializar mejora nuestra memoria y puede reducir los niveles de inflamación en el cerebro, según estudios recientes”, dice la investigadora del IBIMA. También es muy importante no robarle horas al descanso. “Durante el sueño, el cerebro está activo realizando tareas clave como la consolidación de la memoria y la ‘limpieza’ de sustancias potencialmente tóxicas, cuya acumulación crónica puede afectar al funcionamiento y supervivencia de las neuronas cerebrales y, por lo tanto, desencadenar la aparición de enfermedades neurodegenerativas. Todas estas actividades se producen en la fase REM, por eso es tan importante que el sueño sea reparador y que, además, se haga con la luz apagada, ya que la oscuridad activa la glándula pineal, que produce melatonina e induce al sueño”, dice Moreno-González, quien recomienda como hábito a seguir para cuidar la salud cerebral evitar el uso de pantallas (televisión, teléfonos, ordenadores) antes de acostarnos.

Tabaco, decibelios y otras “interferencias” a evitar

Eider Arenaza-Urquijo explica que el efecto negativo del tabaco se produce incrementando los factores de riesgo cardiovascular y favoreciendo la atrofia cerebral. “El tabaquismo aumenta aún más el riesgo en personas con una susceptibilidad genética para desarrollar alzhéimer. Por tanto, nunca es tarde para abandonar este hábito. De hecho, hay estudios que muestran los beneficios a nivel cerebral de esta decisión incluso en personas de edad avanzada”. En cuanto al alcohol, las pautas también son muy claras: un consumo de más de 21 unidades semanales aumenta el riesgo de demencia. Otras recomendaciones específicas de los autores de este informe para los menores de 40 años son mantener la presión arterial sistólica en 130 mm Hg o menos; prevenir la pérdida auditiva mediante la protección de los oídos frente a la exposición excesiva al ruido; y reducir el contacto con la contaminación ambiental y el humo de tabaco de segunda mano.

Cómo hay que tomar la tensión arterial para que el resultado sea válido

A partir de los 40 no está de más hacerlo en casa cada año (si hay antecedentes familiares el control es mayor, y desde antes)

“Tener un sistema inmune fortalecido mediante hábitos saludables como la alimentación, el ejercicio regular y el control de enfermedades podría prevenir, en cierta medida, el desarrollo de algunos tipos de demencia y retrasar el envejecimiento cerebral. Y una recomendación importante en este sentido es evitar el uso indiscriminado de antibióticos (la automedicación), ya que, a largo plazo podrían afectar a la microbiota y tener efectos adversos sobre el cerebro”. De esta forma resume Inés Moreno-González el nexo que hay entre el estado de nuestras defensas y la “jovialidad” neuronal. Las razones de este vínculo son complejas, pero en él están implicadas un tipo de células del sistema inmune del cerebro que envejecen a la par que el resto del organismo, “y con el tiempo se vuelven menos eficientes para ejercer su función de defensa, favoreciendo el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas”.

También hay que tener en cuenta el factor género en todas estas recomendaciones, ya que, como explica Silvia Gil, aunque las diferencias encontradas en hombres y mujeres en diferentes estudios afectan sobre todo a la población mayor de 40 años, hay datos en los que se ve que los cambios iniciales en el cerebro de un paciente con enfermedad de Alzheimer afectan de forma más temprana a las mujeres, “y más concretamente a aquellas que se encuentran en una transición hormonal hacia la menopausia”.